Visita Cuenca
Cuenca se ubica en el centro de la Península Ibérica, casi equidistante entre Madrid y Valencia. Está integrada en la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha junto con las provincias de Albacete, Ciudad Real, Guadalajara y Toledo.
La ciudad de Cuenca bien merece una ruta completa de un día en la que obtendremos una primera impresión de lo que esta ciudad nos puede ofrecer. El casco histórico de Cuenca conserva su estructura de ciudad medieval y numerosos ejemplos de su arquitectura civil y religiosa, con una fusión entre ciudad y paisaje. En definitiva un equilibrio perfecto entre naturaleza y cultura.
Para empezar nuestro recorrido, partiremos del eje central del casco histórico, la Plaza Mayor, conjunto cerrado por la Catedral, el Ayuntamiento, el Convento de las Petras y numerosas muestras de arquitectura civil. Visitaremos la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, de finales del s. XII y de origen gótico normando. Destacan el triforio, la Capilla de los Apóstoles con portada renacentista del s. XVI, la reja de la Capilla Mayor realizada hacia 1515, y el coro con sillería de bellos relieves, en nogal, del s. XVIII. El Arco de Jamete, del s. XVI, es una magnífica pieza de talla formada por dos altas columnas que enmarcan un arco decorado con figuras de apóstoles y que da paso al Claustro.
De nuevo en la Plaza Mayor y descendiendo hacia la parte baja del casco histórico, atravesamos los tres arcos que soportan el Ayuntamiento de la ciudad -s. XVIII-, y que dan acceso a la Anteplaza de la que parten dos calles: la calle Alfonso VIII, que nos conduce a la parte nueva de la ciudad, y la calle del Fuero que nos lleva al barrio que fue cristiano y judío.
Tomamos esta segunda calle que asciende hasta la Plaza de la Merced donde encontraremos el Seminario Conciliar de San Julián -s. XVIII-, y el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha. La Iglesia de la Merced de portada barroca también forma parte del conjunto arquitectónico de esta hermosa plaza. Continuamos nuestro recorrido hasta la Torre de Mangana, alzada en una plaza bajo la cual se asentaba la judería y la que fuera sinagoga conquense.
Regresamos a la Anteplaza para iniciar nuestro descenso por la Calle Alfonso VIII, arteria principal de acceso rodado al casco antiguo y peculiar por el colorido de sus fachadas. A lo largo de la calle podemos encontrar diversas galerías de arte así como edificios de arquitectura civil y religiosa, siendo las más importantes la Iglesia de San Felipe Neri, y, bajando unos metros y a la izquierda, las Iglesias de San Andrés y de El Salvador.
Esta última iglesia posee importantes ejemplos de imágenes religiosas conquenses que desfilan en la Semana Santa de Cuenca, declarada de Interés Turístico Internacional al igual que la Semana de Música Religiosa, que coincide en el tiempo con la Semana Santa.
Una vez visitada la Iglesia de El Salvador hemos llegado al punto más bajo de nuestro recorrido. Iniciamos ahora la vuelta a la parte más alta del casco antiguo. Nos situamos en el lateral derecho del jardín de El Salvador y subimos hasta el romántico Jardín de los Poetas para continuar nuestro recorrido por el Barrio de San Martín, cuyas casas edificadas caprichosamente en la roca se han denominado “rascacielos de Cuenca”. En este barrio encontramos la Iglesia de la Santa Cruz, actualmente centro de exposición y venta de artesanía. Continuamos nuestra subida por el barrio de San Martín hasta la plaza de Ronda donde está ubicada una de las antiguas Puertas de la ciudad y que da acceso al Puente de San Pablo y al Convento del mismo nombre - s. XVI-, hoy Parador de Turismo, desde donde se aprecia una espectacular panorámica del casco histórico y la Hoz del Huécar.
Desde el Puente, disfrutaremos de la famosa vista de las Casas Colgadas, emblemático edificio gótico de arquitectura civil, y que hasta el s. XVIII fue sede del Consistorio de la ciudad. Hoy día el edificio alberga un restaurante y el Museo de Arte Abstracto Español, fundado por Fernando Zóbel y que reúne obras de importantes autores como Millares, Tàpies, Saura, Chillida, Torner, Mompó, Canogar, Feito, Guerrero
De nuevo en la Plaza de Ronda nos adentramos en la calle Obispo Valero donde encontramos el Museo Provincial de Cuenca y el Museo Diocesano, y unos metros más adelante está la Plaza del Obispado, donde podremos observar el Palacio Episcopal y el lateral de la Catedral que nos conduce nuevamente a la Plaza Mayor.
Desde la Catedral iniciamos la subida al Castillo por la Ronda de Julián Romero, para llegar al antiguo convento de Carmelitas, hoy sede de la Fundación Antonio Pérez y de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Seguimos el ascenso hasta el barrio del Castillo, extramuros de la ciudad, pasando antes por la Plaza del Trabuco donde nos encontramos con la Iglesia de San Pedro, de planta octogonal –s. XV-, y el Archivo Histórico Provincial, que en su origen fue Tribunal de la Inquisición.
Continuaremos hasta el Arco de Bezudo, entrada Norte de la ciudad que atravesaremos para salir de la fortaleza medieval hasta el punto más alto de la ciudad, el Barrio del Castillo, a 1001 metros sobre el nivel del mar. Aquí podemos observar una vista privilegiada sobre la Hoz del Huécar, mientras que a la izquierda las verdes aguas del río Júcar recorren la Hoz que lleva su nombre.
Iniciamos el descenso hasta la Plaza Mayor por la Calle San Pedro, calle señorial con casas blasonadas, escudos nobiliarios y espectacular rejería. Fue una calle señorial y calzada principal de Cuenca en el momento en que se configuró como ciudad.
En la calle San Pedro nos encontramos algunas iglesias y conventos, como el Convento de las Angélicas (s. XVI), el Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón (s. XVII), o los restos de la Iglesia de San Pantaleón, una de las primeras parroquias de Cuenca.
Cerro del Socorro
Y siguiendo nuestro hasta la Plaza de San Nicolás parte una calle que nos conduce a la Ermita de la Virgen de las Angustias , la misma que en sentido contrario nos llevaría de nuevo a la Plaza Mayor, en la que podremos descansar de nuestro paseo degustando algún plato típico conquense en los numerosos establecimientos que encontraremos, concluyendo así nuestro itinerario programado para el día.
Gastronomia
Los elementos fundamentales de la gastronomía tradicional de Cuenca son el Morteruelo, ajo arriero, chorizos, zarajos, cordero, perdices, truchas, quesos, alajú, junto con excelentes vinos de la tierra y digestivos licores: Resoli y Aguardiente de la Sierra, tan variada como su geografía y que ha estado condicionada a lo largo de los tiempos por sus paisajes y climatología. Tanto la Mancha como la Serranía, fueron configurando una recia gastronomía que tenía como protagonista el pastoreo de ganado trashumante recorriendo ampliamente todas las zonas de la provincia, lo que propiciaba que muchos de los guisos fueran compartidos en unos y otros lugares.
Las carnes que principalmente se consumen son las de cordero y cerdo. El cordero se cocina principalmente asado aunque es frecuente comerlo en caldereta. Las tripas de este animal, bien lavadas y sazonadas, se entrelazan alrededor de un sarmiento y se asan en las ascuas. A esto se le denomina "zarajos", plato típico de Cuenca.
La caza es elemento fundamental en la gastronomía conquense. Liebre y conejo son las especies más abundantes junto con la perdiz, que se come escabechada o con el tradicional guiso de judías. La caza menor es el ingrediente fundamental del plato más tradicional de Cuenca, el morteruelo. De caza mayor se cocina el venado y el jabalí, sobre todo en las zonas de la sierra.
Guiso de judias
Los variados pastos de la provincia proporcionan un completo alimento para las ovejas, que aportan un excelente queso en todas sus modalidades, aunque sin ninguna duda el más famoso y reconocido es el queso manchego, que compite con los mejores quesos nacionales e internacionales. El queso se suele hacer otoño e invierno ya que es cuando se considera que la leche es de mejor calidad. Se puede tomar fresco, curado, en aceite y frito sirve como aperitivo o como delicioso postre acompañado con uva, miel o membrillo.
Junto con los vinos manchegos, el licor por excelencia de Cuenca es el "resoli ", bebida digestiva que suele tomarse después de la comida acompañado de postres conquenses, alajú, mantecados, suspiros de monja.
Aquí algunos de los platos típicos de la cocina conquense:
Morteruelo
Un paté grueso, no para untar, sino para comer con tenedor en cuyos dientes se engarza un pellizco de pan. La fórmula es casera y, por tanto, variada de unos sitios a otros, según la proporción en que se utilicen sus componentes: tres aves (perdiz, codorniz, gallina) y tres carnes (liebre, conejo, cerdo). El resultado es una pasta viscosa, cuya base es el hígado de cerdo cocido y espesado con pan; las especias utilizadas son las propias de la naturaleza (tomillo y romero). La cocción se hace a fuego lento, en cuenco de barro o sartenilla. En la mayor parte de los casos, el resultado es un plato delicado y extraordinariamente sabroso.
Ajoarriero o Atascaburras
Otro paté, en este caso formado por una deliciosa mezcla de patatas, bacalao, pan rallado y huevos cocidos, con una pizca de ajo y otra de aceite, todo ello perfectamente batido de forma que no haya ningún trozo sólido. Debe comerse a la temperatura ambiente, ni caliente ni, mucho menos, frío.
Zarajo
No es un plato propiamente dicho, sino un aperitivo. Se prepara formado una madeja con las tripas más tiernas del cordero, en torno a dos ramillas de sarmiento. Es imprescindible que la carne esté perfectamente limpia. El tueste se realiza al calor de una parrilla, sin ningún ingrediente, asándose en su propio jugo. Se sirve cortado en rodajas.Ingredientes: 1 madeja de rtripas de cordero lechal, sal, adobo Elaboración Se limpian muy bien las tripas de cordero y se dejan reposar en adobo. Cuando están bien adobadas se lían en dos palos de sarmiento de tal manera que queda un aspecto de madeja. Se ponen en el horno hasta que están bien dorados. Se sirven cortados en rodajas, o bien fríos, o bien a la plancha con limón y ajo.
Resolí
A pesar del acento agudo en la í, se pronuncia resoli. Es un licor de origen árabe que tradicionalmente se tomaba sólo en Semana Santa, aunque se puede encontrar en cualquier época del año. Se elabora en base a crema de café, coñac y anís con un resultado un tanto dulzón y fuerte, aunque con virtudes digestivas si se toma en dosis moderadas.
Alajú
El rey de la repostería conquense, de inequívoco origen árabe. Es una pasta de miel y almendras (los de nueces no son auténticos), con pan rallado, cortada en redondo y cubierta por dos obleas para adquirir forma de torta.
Ir de Compras
En la zona centro encontramos todo tipo de tiendas y el Centro Comercial "El Mirador", el mayor centro comercial de Castilla-La Mancha. Con hipermercado, restaurantes y tiendas de todo tipo.
En la Plaza de los Carros se monta diariamente un mercado de frutas y hortalizas, por el sistema de venta directa al consumidor.
todos los martes hay un mercadillo, especie de Rastro, desde primera hora de la mañana en el Recinto Feria.
Famoso en artesanía es el "toro", réplica del que se encuentra en el Museo de Cuenca y que data del siglo VII. La variedad de producción y el número de centros artesanos de la provincia de Cuenca nos lleva a afirmar que hoy es una de las provincias españolas de mayor pujanza artesana. Trabajos de madera (cuenca, Landete, Iniesta, Belmonte, Valera de Abajo, Motilla del Palancar, San Clemente,), las fibras vegetales, sobre todo los trabajos con mimbre (Villalba de la Sierra, Priego, Cañizares, Villaconejos de Trabaque,), la alfarería popular y la cerámica (Cuenca, Priego, Mota del Cuervo), la cantería (Villanueva de la Jara, Huete,), del vidrio de Cuenca; los trabajos en cuero de Cañizares, los instrumentos musicales de Casasimarro, los de cera de Albalate de las Nogueras y Tarancón, la taxidermia de Mota del Cuervo, los juguetes, la joyería, los iconos, la fabricación de papel en Cuenca capital o la cuchillería de Minglanilla, son sólo parte de este amplio sector artesano conquense.